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Política

La ley del más fuerte

Es más fácil, rápido y redituable, para muchos, ingresar en el mundo del delito que abrirse camino con un empleo formal En Inspección Los Pozos, caserío perdido en la pegajosa selva del sur de Colombia, Martha González esperaba, ansiosa, su día libre semanal para bailar vallenato. Tenía 25 años en 2000. Tenía 25 años y un novio (estaba asociada, en su léxico). Había pasado más de la mitad de su vida en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Se ufanaba de “ser guerrillera”. No se imaginaba con otra ropa que no fuera el uniforme. Su historia no sonaba descabellada. El ejército había matado a su padre cuando ella era adolescente. Debía optar entre acatar las órdenes de Tirofijo o rezar por la cosecha. El fusil R-15, cruzado sobre una mesa endeble, respondía por sí mismo y partía nuestro diálogo en dos. En esa disyuntiva se ven no pocos adolescentes de zonas marginales en América latina. En Paraguay, uno de cada siete chicos de 10 a 17 años no va al colegio y nueve de (leer más)

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Política

Las dos caras de la Luna

Sin reparar en las afinidades políticas, Lula impulsó el biocombustible y Chávez insistió en apuntalar el anillo energético En Santiago de Chile, mientras Ricardo Lagos aún ejercía la presidencia, Néstor Kirchner farfulló: “Es el anillo energético”. Eramos dos personas con él, de pie en medio de una multitud de comensales. No entendimos la frase. “Es el anillo energético”, repitió, y no dijo nada más durante unos segundos. Había ido a amigarse con su par chileno por la falta de provisión de gas argentino, pero, en principio, ya tenía en mente tender con Hugo Chávez el proyectado gasoducto desde Venezuela hasta la Argentina, Uruguay y, si cuadraba, la Antártida. Evo Morales aún era candidato presidencial; Luiz Inacio Lula da Silva aún no proclamaba la producción de biocombustible. En poco más de dos años, el anillo energético pasó a ser pasión de multitudes. O, en realidad, de esas multitudes que, mientras Kirchner farfullaba su nombre, no perdonaban pescados ni mariscos. En ese lapso, Chávez, Morales y él trazaron un mapa regional que no coincide con la división (leer más)

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Política

Muerte en el Nilo

¿Qué debe hacer la ONU cuando, como en Ruanda y los Balcanes, dos o más bandos provocan un genocidio? En febrero de 2003, los rebeldes de la región de Darfur atacaron a los soldados de su país, Sudán. Buscaban autonomía y recursos. Los soldados, bajo las órdenes del golpista Partido del Congreso Nacional, respondieron con vehemencia. Con tanta vehemencia respondieron que no reprimieron sólo a los rebeldes, negros y cristianos en su mayoría, sino, también, a los sospechosos de respaldarlos. Vaciaron aldeas, violaron mujeres, asesinaron niños, masacraron a cuanto presunto enemigo se les cruzó en el camino. En algunos casos, por no ser árabes y musulmanes como ellos. En cuatro años y medio, con más de 200.000 muertos y no menos de dos millones de refugiados y desplazados, el Gran Cuerno de África derrapó en la curva de la violencia. La violencia se apoderó de Darfur y, antes, del sur de Sudán, rico en petróleo, y se expandió rápidamente hacia Uganda, Chad y la República Centroafricana. En ellos, el gobierno de Khartum, en el poder (leer más)