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Política

Es una experiencia religiosa

La designación de Condoleezza Rice como secretaria de Estado garantiza cierta dureza en la diplomacia norteamericana Doña Angelina Rice dictaba clases de música. Tan apasionada era por las corcheas y las semifusas que bautizó a su hija, nacida el 14 de noviembre de 1954 en Birmingham, Alabama, con el nombre Condoleezza (del italiano, tocar con dolcezza, tocar con dulzura). Le enseñó a tocar con dulzura el piano. No imaginó, empero, que iba a ser una de las mejores intérpretes de Strauss. Lamentablemente, no de Johann Strauss, el compositor de los valses vieneses, sino de Leo Strauss, un maestro en el arte de utilizar la mentira como arma de persuasión y de legitimación de una política orientada a favorecer a “los sabios” (la clase dirigente) y a instaurar un “mejor régimen” (para una elite). Un Strauss, filósofo alemán nacionalizado norteamericano, nació en el mismo año en que murió el otro, 1899. De la letra de uno, más que de las notas del otro, se nutrió desde el comienzo el ala dura del gobierno de George W. (leer más)

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Política

Si la muerte pisa mi huerto

Sin su líder histórico, los palestinos enfrentan el dilema de elegir un sucesor que negocie la paz con Israel y los EE.UU. Era Leilat El Qader (La Noche del Destino). Alá iba a revelar el Corán a Mahoma. Y los palestinos, en el mes de ayuno de Ramadán, esperaban recibir una señal divina sobre la suerte de su líder, Yasser Arafat. Estaba agonizando en París. Curioso destino después de haber querido morir como un mártir en la Mukata de Ramallah, Cisjordania, en donde había vivido confinado desde diciembre de 2001 hasta fines de octubre. Perdón: ¿curioso destino? La inminente viuda, Suha Tawil, resistida por el establishment palestino, procuraba hacer valer la ley francesa sobre su formidable fortuna, estimada en más de 1000 millones de dólares, mientras los Abus (Abú Abas y Abú Mazen), dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), insistían en que Arafat presidía un Estado en ciernes y, por esa razón, sus cuentas bancarias y sus inversiones pertenecían a él. En medio del tironeo, o acaso antes, Arafat murió. Suha, radicada en París, (leer más)

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Política

El gran fabulador

Casi 60 millones de personas han decidido por 6000 millones: cuatro años más no deberían ser cuatro guerras más Era un perdedor. Hasta los 40 años, con un abuelo banquero que aparentemente habría servido a Hitler, un padre vicepresidente vinculado con aquellos que iban a convertirse en los peores enemigos de su país y del mundo, y un hermano que, como futuro gobernador del Estado decisivo en las elecciones de 2000, iba a colaborar en su victoria a pesar de las sospechas de fraude, no había hecho más que invertir sin suerte. Era un perdedor que, en la década del ochenta, no hallaba consuelo ni en la combinación de botellas cuyas etiquetas coincidían en la letra B: bourbon, beer (cerveza) y B&B. Decía en defensa propia que no era un alcohólico crónico, sino un bebedor ocasional. Sólo se entonaba, según él, en las fiestas organizadas por la sociedad secreta de la Universidad de Yale, de la cual había sido presidente su padre. Por él renegaba del primer nombre, George; apelaba a la inicial del segundo (leer más)