Cuestión de vida o muerte
China aplica la pena de muerte mientras, al estilo argentino, el principal asesor de Fujimori compra a opositores Ficción: el alcalde de un pueblo de China, acosado por el dilema de la quiebra de una empresa pública, descubre en la cruzada que emprende en aras de salvarla que los dirigentes más conspicuos del partido, sus mejores amigos, su hermano y su mujer están involucrados en un escándalo de corrupción. Fricción: el régimen gubernamental de China, acosado por una purga fenomenal que compromete a casi 200 funcionarios, policías y militares de rango diverso, quiso dar un ejemplo de rigor con la ejecución de Cheng Kejie, ex vicepresidente de la Asamblea Nacional Popular, por haber aceptado sobornos. Rodó, de ese modo, la cabeza de más alta jerarquía desde 1949. Realidad: la visita a China de Fernando de la Rúa, acosado por la certeza de los argentinos de que funcionarios de su gobierno habrían chantajeado a senadores ajenos y propios con tal de obtener el rédito político de la aprobación de una ley tan espinosa para el justicialismo (leer más)