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Política

Políticamente incorrecto

ASUNCIÓN.– Fue Peter Romero, cabeza de América latina en el Departamento de Estado, quien definió con mayor crudeza, y certeza, el dilema del Paraguay: comparó al Estado con un buque y al gobierno con un capitán. Y dijo, sin rodeos, que el mejor capitán no puede con el peor buque. Ergo, el mejor gobierno no puede con el peor Estado. Estado que acusó otro golpe, por más que no haya acertado en el mentón, en medio del acoso al que se ve sometido el gobierno de Luis González Macchi por un fantasma como Lino Oviedo que, desde las sombras, mueve a su antojo los hilos del país. Al extremo de llevarlo al borde del caos, como sucedió ahora, entre gallos y medianoche, con un cañonazo perdido que provocó más daños colaterales que un misil teledirigido. No dio en cualquier edificio, sino en el Congreso. Símbolo de un sistema. Del mejor que supimos conseguir. Vapuleado en el Paraguay con rumores frecuentes de golpes y otras desgracias. El gobierno, de hecho, sabía que algo iba a pasar. (leer más)

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Política

Impacto andino

BOGOTÁ.– A la sombra de los Andes, en pueblos dejados a la buena de Dios, aparecen de pronto unos tipos amables, vestidos de civil y desarmados que se detienen a hablar con la gente en sus escasas veredas sanas. Tienen una virtud: saben escuchar. Pero entre pausa y pausa también saben meter sus bocadillos sobre la injusticia social y sobre la necesidad de terminar con la inseguridad (sea delincuencia común, sea abigeato). Están entrenados para ello. La gente, desconfiada al principio, comienza a sentirse contenida. Es, en la mayoría de los casos, la primera vez que unos forasteros que dominan su lengua (compatriotas que no viven en el pueblo) demuestran interés en sus problemas. Van tomando nota, mientras tanto, del estado de las calles y de las obras públicas, si las hay, y evalúan, sobre todo, el proceder de la policía. Del balance de esas pláticas informales surge el presupuesto de la ocupación gradual del pueblo. Será financiada, si cuadra, con el secuestro de un hacendado. Del primero de la zona, en realidad. Tarea fácil (leer más)

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Sociedad

La conjura de los narcos

BOGOTÁ.– Desde que la policía colombiana descubrió en agosto de 1999 que una banda de narcos había sacado del país media tonelada de heroína por medio de una compañía que prestaba servicios terrestres a American Airlines en Miami, algo comenzó a oler mal. O peor que antes. Y no en Dinamarca, precisamente. Era la señal de que los carteles de Cali y de Medellín, últimamente sombreado su infame monopolio por competidores desleales de México, operaban con libertad y alevosía no sólo en Colombia, sino también en uno de los aeropuertos de mayor movimiento, y seguridad, del mundo. Y que, en su afán de remozar de inmediato el sistema de distribución, iban a sustituir en forma paulatina los contenedores por las mulas (pasajeros que transportan pequeñas cantidades). El tráfico hormiga, sin embargo, no alcanza a cumplir con la demanda, cada vez más exigente, del 75 por ciento de la cocaína que se consume en todo el planeta. Made in Colombia. Es decir, cerca de 165 millones de toneladas. Lo cual habla por sí mismo de la (leer más)